Adiós, 2015. Propósitos para el 2016


Qué rápido pasa el tiempo.
Y lo digo en serio, no en plan coletilla. Es que me paro a veces a mirar atrás y asusta ser consciente de que se esfuma. Luego pienso en todo lo que está por llegar, en viajes, historias, personas, momentos… Lo que no quita que siga sintiendo un no sé qué cada año, cada cumpleaños. Y mejor voy al lío porque mi intención no era hacer una entrada reflexiva cutre pero, en fin, los dedos eligen a veces; en realidad venía a hablar de lo que ha sido este 2015 y de lo que vendrá en el 2016, así sin mucho orden ni concierto porque ya sabéis que los post salen como salen.
¿Y por dónde empiezo? 2015 ha sido un año fructífero en esto de escribir. He terminado dos novelas largas y un relato, aunque hasta ahora solo habéis podido leer éste último, «Sigue lloviendo». En el mundo editorial, las cosas de palacio van despacio; toca cuadrar calendarios, corregir, volver a corregir, maquetar, etcétera (os hablaré otro día de lo fascinante que me resulta todo el proceso). De hecho, la primera novela que llegará este 2016 fue la que terminé en las navidades de 2014. Así que sí, mi gran reto este año ha sido precisamente escribir mucho, un poco en modo cueva, e intentar ir con ventaja para que no vuelva a pasar esto de no publicar nada nuevo durante tanto tiempo.
A pesar de todo, y de su corta extensión, «Sigue lloviendo» me ha dado un montón de alegrías ya desde el primer día que la posicionasteis en el número uno de romántica. He recibido muchos correos, muchas experiencias, muchas formas diferentes de afrontar la perdida. Creo que lo dije en algún sitio, pero han sido los mensajes más emotivos (y difíciles) que me han llegado; cuando escribí esta historia no me paré a pensar en que habría gente que se sentiría identificada y reconozco que me habéis hecho llorar en más de una ocasión.
tumblr_myh0a6y4rX1sqdjd0o1_500«Sigue lloviendo» fue una historia un poco diferente para mí, primero por ser casi un relato y segundo porque me embarcaba en algo nuevo que no era el habitual chico conoce a chica, y sé que no fue lo que mucha gente esperaba, pero también supuso «abrir un poco las puertas» y ahora tengo más claro que nunca que no quiero encasillarme a la hora de hacer algo «fijo» o «similar» en todas las historias. O, al menos, eso intenté también con TDT y pretendo remarcar con la próxima novela que quiero escribir y un relatillo fuera del género romántico que llevo tiempo posponiendo; lo que no quita que las historias en las que se desarrolla una historia de amor sigan siendo mis preferidas (no tanto como lectora, pero sí como escritora), y que piense seguir dando la lata mucho tiempo, pero probando de aquí y de allá, ¡es que me gusta todo! Me encantan las novelas con un toque reflexivo, las históricas, los dramas, las que me recuerdan a pelis indies, las comedias, las que se centran solo en los dos protagonistas y las que tienen mil secundarios. Y cualquier género; el new adult, juvenil, RA, ¿he dicho ya que también quiero escribir algo para niños y una novela negra? Pues eso. Quiero. Lo que no sé es cuándo porque la vida es injusta y no da para más.
Así que, en resumen, como no puedo elegir y tampoco me gusta mezclar demasiado porque puede quedar muy rarita la cosa, mi intención es ir probando. Me he propuesto hacer siempre lo que me apetezca en esto de escribir, según el momento, porque creo que no hay nada más importante que disfrutarlo y que luego la cosa puede salir genial o fatal, sí, pero, bueno, al menos me lo habré pasado bien durante el proceso; eso que me llevo. Además, creo que el «trabajo» (me refiero al que paga las facturas), ya supone hacer demasiadas tareas tediosas como para sentarme al final del día frente a la hoja en blanco y pensar: «tengo que escribir esto… o aquello».
Robin-and-Barney-How-I-Met-Your-Mother-GIF-HIMYMY sí, he vuelto a divagar, el tema de «qué escribir» o «mis gustos literarios» daría para un post entero, así que mejor lo dejo ahí sin profundizar más; sabéis que me distraigo con una facilidad digna de estudios científicos avanzados y, en fin, pasemos a los demás asuntos del orden del día…
Ejem, ejem. Retomando. Que lo que decía al principio: 2015 ha sido un año muy fructífero en cuanto a escribir. Dije adiós a dos historias y a un relato, conocí a gente muy maja, he dejado preparadas dos novelas que llegarán durante el 2016, me he enganchado (todavía más) a esto de Pinterest, Periscope e Instagram, ha llegado la cuarta edición de «Llévame a cualquier lugar», casi me da un patatús cuando vi que una lectora se había hecho un tatuaje de «Sigue lloviendo», tengo más claro que nunca qué quiero hacer y qué no, y me resulta sorprendente, pero cada día que pasa me entran más y más ganas de escribir. Siempre he pensado que en el momento en el que deje de disfrutar con ello, dejaré también de hacerlo. Así que cruzo dedos por esto de seguir ilusionándome como una pánfila cada vez que empiezo una nueva historia o se me ocurre un detalle tonto.
Y para ir acabando, os dejo aquí la lista de mis propósitos para este próximo año; la mayoría os interesarán menos que las características de un guisante, pero allá voy:
1. Escribir, claro. Tengo unas mil ideas para futuras historias y ya no caben más tableros en Pinterest; no sé si lo conseguiré con todas, pero mi intención es ir dándoles vida sin prisa pero sin pausa. Eso sí, ya que este año me he pegado un buen atracón, pretendo hacerlo con mucha más calma, por eso de seguir teniendo vida social.
2. Hablando de Pinterest… Hace unos días renové el tablero de «Llévame a cualquier lugar» y ha quedado súper cuco (podéis verlo aquí), y me gustó tanto hacerlo con frases y detalles, que quiero ir modificando los demás poco a poco. Para no spoilear con cosas de las nuevas historias, los haré en privado y el día que salgan a la venta los pondré públicos (eso si finalmente cumplo el propósito).
3. Intentar seguir siendo positiva y no darle importancia a cosas tontas. Lo cierto es que a veces miro a mi alrededor o entro en Facebook, leo estados y pienso: «jo, hay gente que sufre y lo pasa mal por nada», algo de lo más comprensible, pero en mi caso hace tiempo que procuro no hacerlo. Creo que desde que entendí que escribir era tan solo una pequeña parte de mi vida, un sueño más de los muchos que tengo, y que no vale la pena amargarse por nimiedades o por una opinión negativa. Es como si eres camarera y te pasas el día sufriendo porque un cliente ha hecho una mala crítica sobre tu trabajo. Pues mira. Eso. Ha pagado, está en su derecho. Sin más. No es el fin del mundo. Casi nada es el fin del mundo, por suerte.
4. Promocionar las dos novelas que saldrán durante el 2016. Confieso que lo que más me gusta de las redes sociales es poner frases, curiosidades, imágenes, montajes, cosas monosas...
5. Apuntarme a yoga. El caso es que llevamos tantos años prometiendo hacerlo que el otro día le dije a mi amiga, «¡por dios, mira a ver si hay plazas para empezar en enero!», porque nos conocemos y sé que si esperamos de aquí a septiembre va a ir la vecina del quinto. Hay una especie de fuerza sobrehumana que se interpone entre el yoga y nosotras, podemos terminar jugando al pádel, bailando zumba o saliendo a correr, pero no hay manera de ir a una maldita clase de yoga.
6. Llevo una eternidad queriendo sacar en papel «Otra vez tú» y siempre digo que «pronto» cuando me preguntáis y al final va pasando el tiempo. Pues me he propuesto hacerlo durante este 2016, encontrar un hueco para repasar, corregir la historia y añadir algún contenido extra y que podáis tenerla en papel. Y de verdad que sí que sí, ¡lo pienso hacer!
7. Ser constante con el blog. Creo que este último trimestre del año lo he llevado bastante bien y mi intención es seguir igual en el 2016 e intentar al menos escribir una entrada cada mes. Y si os apetece que hable de algo concreto, ya sabéis, ¡soy toda oídos!
8. Comprar un cronómetro (o averiguar si mi móvil tiene uno). ¿Por qué? Pues por lo que comenté hace un tiempo en este post, donde hablaba de lo mucho que las redes sociales nos distraen al escribir. Por regla general, escribo una horita al día o así, de lunes a jueves, y quiero que sea lo más fructífera posible porque después del «trauma post-nanowrimo» no pienso volver a entrar en modo bunker. Así que pondré mi cronómetro y me probaré a mí misma (e intentaré no hacer trampas).
9. Participar en la carrera que hacen en mi pueblo. Uhm, llevo tres años diciéndolo. Si la rodilla me deja (¡déjame, rodilla!), quiero hacerlo. Me apetece volver a sentirme un poco Heather. Hecho de menos «vivir» en su cabeza.
10. Leer más y de géneros variados. Tengo el problema de que cuando voy por la mitad de mis historias y me adentro un poco en el final, pierdo la capacidad para leer otras novelas, es como que me descentran, así que durante los meses de descanso o los inicios, me he propuesto leer todos, todos los días. Aunque sea un par de páginas. Menos es nada.
Marshall-Barney-how-i-met-your-mother-33452674-500-269_zps610b6d69
Y esto es todo, amigos. Miedo me da leer este post el año que viene. Uhm. Nos vemos a la vuelta, ¡pasad unas felices fiestas navideñas! PD: Sí, «Cómo conocí a vuestra madre» merecía su propia entrada conmemorativa.

0 comentarios